El vuelo de British llega puntualisimo. Bajamos del avion medianamente rápido y entramos a la terminal. Hacemos check in donde solo miran los pasaportes y ponen el sellito.
Derecho a buscar el equipaje, donde el mio fue uno de los ultimos en llegar. Linda desesperación al ver que no aparecía. Venian directo de BUE y había grandes chances de que pudiera perderse. Por suerte no!
Teníamos que encontrar a Christian, el dueño del depto que alquilamos, que nos habia hecho el favor de ir a buscarnos para tener menos problemas por que llegabamos de noche y eramos muy nuevas en la ciudad. Pensabamos si nos iba a ser dificil, pero no fue así, abrimos la puerta y allí estaba el con este cartelito. Morimos de ternura.
Presentación oficial con dos besos, como es costumbre acá y vamos rumbo al estacionamiento, via ascensor. Apenas se abren las puertas ya nos asombramos. Todo color rosa, limpito, acomodado y con buen olor. No tardamos en encontrar el auto y enseguidita ya rumbo a casa.
El viaje fue muy lindo, charlamos un poco de nuestras vidas, en español!, por que Christian sabe bastante y mi francés solo sirve para una conversación corta.
Segunda sorpresa del viaje. Christian nos cuenta que los autos se dejan en la calle. Donde encontras lugar lo dejas y listo. Ningun problema de inseguridad.
Ya en la puerta de calle, amarillita para ubicarla bien, nos devela el primer misterio. Para que servía el codigo que me habia pasado via correo electrónico. No era mucho misterio, era para abrir la puerta. No es que yo sea una inutil, pero en Rosario nunca lo habia visto. El puso el codigo y se abrió la puerta. Luego nos muestra un llaverito que tambien sirve para abrir. Se apoya en un redondelito y tarán!... Así dos puertas.
Subimos el ascensor, y llegamos a casa!!!
Dejamos todo por ahí, charlamos un ratito más, Nos contó los secretitos de la casa, ducha y espresso de por medio.
Realmente estabamos muy cansadas. Decidimos dar una mini caminata hasta una fuente que queda a 4 cuadras aproximadamente. Y esto lo cuento por que a 3 cuadras divisamos de reojo una pizzería, que les contaré en otra entrada por que de recordar este local de comida.
Volvimos a casa y decidimos ir a dormir. No fue muy dificil. Apoyamos la cabeza en la almohada e instantaneamente zzZZzzzZZzz.
Menos mal!... al día siguiente nos esperaba la primera recorrida por la ciudad.
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